49 goles espectaculares en Shangay

«Una lograda novela juvenil (…) que cualquier lector puede disfrutar». ¡Gracias!

Os dejamos con la reseña completa:

«Relatos recopilados de escritores rusos y africanos, una rareza novelística estadounidense de comienzos del siglo XX, relatos de encargo a escritores españoles y dos libros de relatos de activistas eslovenos. Este era el bagaje hasta la fecha de la joven y entusiasta editorial Dos Bigotes. ¿Y ahora qué toca? Pues, por qué no, una novela de iniciación italiana. Su autor es Davide Martini (1981), un médico que lleva viviendo en Madrid varios años y que ha ganado algunos premios literarios. 49 gol spettacolari es el curioso título de su opera prima, publicada en 2006, y en la que es muy posible que haya bastantes elementos autobiográficos. Lorenzo es un chico de 17 años que nos va contando –en capítulos que van de septiembre a junio– cómo transcurre su vida durante su último año escolar en una ciudad de provincias. Saca buenas notas y tiene una pandilla de amigos variopintos, y juntos fuman porros y hablan de chicas o de las diferentes maneras de cascársela. “Alguien que estaba buscando su camino, como los demás. Con la diferencia de que yo partía de la acción católica y tenía que llegar al orgullo gay. Pero eso todavía no lo sabía”. Ni siquiera cuando aparece un nuevo chico en clase, recién llegado de Roma: el bello Riccardo, un buen futbolista que enseguida le birlará a su mejor amiga, Giulia. La noche de Haloween, Lorenzo echa por fin su primer polvo con una ragazza, y justo después se hace la gran pregunta: “¿Y si fuera marica?”. En su diario empieza a darle vueltas al asunto: “Freud: padre ausente y madre castradora = gay. Y si ambos están ausentes, ¿qué pasa?” (su madre es psiquiatra, por cierto). Pues pasa que Lorenzo se irá encerrando en sí mismo hasta que un inesperado paladín acude en su rescate, Riccardo, que lo tenía muy claro desde el principio: “Te conozco porque me conozco a mí mismo”. Durante los siguientes meses, su relación irá consolidándose, a pesar de los altibajos, las dudas, los insultos de algunos compañeros. Después de un viaje de fin de curso a París, se quedan en Roma porque Riccardo necesita cerrar la historia con Roberto, su primer amor… Estamos ante una lograda novela juvenil que refleja bien que la maturità es algo más que un examen que hay que superar al final del bachillerato. Y que cualquier lector puede disfrutar, además de por su temática, por su buena factura. No en vano Lorenzo quiere ser escritor e incluso lee a Proust (o al menos lo intenta, como hacemos muchos)».

Muchas gracias a Bernardo M. Briz por su reseña. Y a vosotros, ¿qué os está pareciendo la novela de Davide Martini? ¡Nos gustaría mucho saber vuestra opinión!

49 goles espectaculares en Shangay
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